Dominios y potestades, los grabo en mis estigmas, cada uno es un momento, cada momento es significativo, no hay posibilidad de olvidoPor mucho tiempo me conformé con la ilusión de poseerte, viajaba solo a encontrarte y volvía solo a consumirte, entonces te odiaba, te incorpraba y te volvía a buscar..
Amenazo con no querer mirarte, amado, señor de lo intangible, y mi amenaza es un rito funerario, solo si amaneciera sería diferente, comento con las piedras, ellas callan y me miran con compasión.
Yo no sé de campos centellantes ...
Me acostumbré a tu llamada en la mañana, a tu rutina solidaria, a como me mirabas y tocabas, y me hacía la niña, cuando no era necesario.